A las 9:30 de la mañana aparecen como un clavo Aitor y Amaia en el parking del arteta. Saludos de rigor preparamos todo y a las 10 de la mañana estamos andando hacia la cascada de artazul. Poco antes de llegar a la cascada cogemos una senda a mano izquierda qué asciende por fuertes rampas. Poco a poco la senda va perdiendo inclinación hasta llegar a una pedrera la cual hay que coger en diagonal, senda bastante marcada con hitos. Seguimos por esta senda hasta llegará una proa que se asoma a los acantilados del Licebar. A media ladera y siguiendo los hitos vamos descendiendo hasta que una pequeña senda te deja en el lecho del barranco. Nos ponemos los neoprenos aunque sabemos que el barranco va seco. Vamos haciendo pequeños rapeles en los cuales en algunos hay que mojarse, las pozas están llenos de agua pero no huele. Vamos definiendo tranquilamente por el bonito barranco. Llegamos al paso clave del barranco el rápel de 60m. Como en teoría llamo 50 y 60 no. Decidimos montar para bajar a la poza intermedio. Bajo hasta la poza intermedia y sorprendentemente no encuentro la reunión para fraccionar el rápel. Aitor coloca bien las cuerdas para dejarlo en 55 m. Al final llegan las cuerdas bastante sobradas. Este es el rappel estrella del barranco que aún no cogimos con el musgo verde esta parte es preciosa. Un último rápel con una instalación bastante rara nos deja en la zona turística. Bajamos hasta el coche dónde comemos algo rápido. Distribuimos las cosas en el coche y con el coche de Aitor subimos hasta la cabecera del barranco artazulo. Hemos elegido buena hora porque la gente ya está volviendo a recoger los coches del pequeño parking. Menos mál que Aitor se acordaba del acceso y enseguida bajamos hasta la cabecera del barranco. Imponente sitio. Nos cambiamos y a eso de las 3 de la tarde estamos montando el rápel. Bajamos los tres y horror... No podemos recuperar la cuerda. Después de hacer el buey. Aitor de anima a subir por la senda para apañar la reunión. Desciende rapelando y esta vez sí recuperamos. Poco a poco el cañón se va estrechando. Como no lo conocemos vamos rapelando todo. Admirando el bonito y frío barranco llegamos a la última cascada. Sin problemas al suelo. Son las 5 cuando llegamos al coche. Recuperamos el otro y nos despedimos. Bonita jornada de cachondeo y barrancos. He ido con Aitor y Amaia.
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